Mi empresa es autogestionada.

Mi empresa es autogestionada.

Eso no es bueno ni malo. 

Simplemente es.

Me salió así.

 

Yo estaba en mi empresa aplicando las fórmulas que había aprendido, por múltiples vías. 

 

Y aquí quiero hacer un paréntesis.

Abro paréntesis.

(

 

La mayoría de empresarios, diría que la GRAN mayoría de empresarios, comenzamos sin tener ni idea de qué es eso de ser empresarios.

Algunos saben de cocina.

Otros somos ingenieros.

Alguno dentista.

Otro sabe lo que sabe y ha cogido la empresa de sus padres, por convicción o por circunstancias externas.

 

Como sea.

Y en ese momento te tienes que poner a hacer cosas de empresario. 

Y lo haces como puedes, con lo que sabes en el momento y con lo que vas aprendiendo.

 

¿Y qué sabes en el momento?

Lo que has aprendido por múltiples vías. 

Y la mayoría de esas vías no son académicas.

 

Sí, puede ser que un formador, ya sea en un libro, en el sitio donde ayudan a empresas en tu ciudad, o en un curso, master o similar, te haya enseñado que un organigrama bien estructurado es la única fórmula.

 

Pero tienes muchos aprendizajes vivenciales.

 

Imitas lo que has visto, oído y vivido.

Has oído 

“el jefe tiene que ser el primero que en llegar y el último en irse”

“como tú no lo va a hacer nadie”

 “cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta”

“para eso te pago”

 

Has vivido el trabajo en empresas donde estaba el subdirector, director, el jefe de área, el jefe de departamento, el coordinador adjunto, el gerente de la unidad, el director ejecutivo asociado y demás.

 

Ya no es la formación.

 

Todos los inputs, todos los referentes que has tenido seguramente están basados en la jerarquía. 

Lo exótico es que montaras una empresa horizontal.

 

Y creo que esa es la mayor barrera para la innovación, el “conocimiento” básico que tenemos a nivel de sociedad, que al estar tan extendido y llegarnos por tantas vías, lo asumimos como verdad inamovible.

 

Y a lo que empujas, y no creas que mucho, la verdad inamovible se mueve.

 

*Cierro paréntesis

 

Pues eso, estaba aplicando las fórmulas que había aprendido y veía que eso no me llevaba ni a la empresa que quería construir, 

ni a cómo quería que fuera la experiencia de trabajar en mi empresa

ni a la vida que quería vivir.

Teníamos problemas.

 

Eso no es un problema en sí, valga la redundancia.

Básicamente una empresa es una máquina de solucionar problemas. 

Problemas de los clientes y problemas internos para resolver mejor los de los clientes.

 

Lo importante es que comenzamos a resolver los problemas de una forma diferente.

Colaborativa.

Con la información compartida.

Basándonos en la confianza.

Voluble y adaptable.

 

Y a lo que me di cuenta, nuestra empresa era un caso de estudio sobre la autogestión en las empresas. 

Yo no había oído hablar de las empresas autogestionadas y resulta que había creado una.

 

Eso me hizo pensar que había algo en mi proceso mental y vivencial que podría ser clave a la hora de crear una empresa autogestionada, ya que yo lo había hecho por pura intuición.

 

(Digo yo esto, yo lo otro,  porque soy el artífice pero si una empresa no la crea una sola persona, una autogestionada mucho menos. Ya que en una empresa de este tipo el liderazgo es totalmente compartido y adaptado a las circunstancias. Yo soy el artífice pero todos somos los constructores)

 

Eso me hizo escribir un libro contando cómo había sido nuestro proceso.

 

Imagínate.

 

Te pones a escribir cientos de páginas contando tu vida, sin saber si eso le va a interesar a una editorial para publicarlo, y después, si va a gustar a quien lo lea.

 

Resulta que sí.

 

Interesó a la editorial que publica en España  Harvard Business Review o clásicos empresariales de estos míticos,

La Meta,

Nunca comas solo,

Delivering Happiness,

La estrategia del océano azul.

 

Si no te los has leído, escoge cualquiera. Acertarás.

Y resulta que también gustó.

Uno dice que “Un maravilloso viaje hacia una empresa más humana contado por su fundador, Alejo Ecube. Un NO método, práctico y muy útil para quienes creen al menos tanto en los cómos como en los qués.”

Y otra dice “Un libro de lectura obligatoria. Tanto si lideras una empresa, como si lideras equipos o te mueves en el mundo de las personas y las organizaciones.” 

Otro “No tengo empresa y te recomiendo que lo leas. Si tienes empresa ni te lo pienses.”

Y otro dice “Escrito con gran sencillez y profundidad. Proporciona gran claridad no sólo para quienes transitan hacia la autogestión, sino para quienes sienten la urgencia de encontrar formas nuevas de resolver los problemas crónicos al intentar organizar el trabajo en la empresa.

Algún día se hablará de este libro como un clásico, que facilitó el cambio hacia un nuevo y mejor entendimiento de la gestión empresarial.”

A raíz de haber creado una empresa autogestionada han venido a visitar mi empresa mucha gente interesada en esa forma de gestión. 

También me han entrevistado varias veces, sobre todo en podcast, pequeños, medianos y de estos de cientos de miles de suscriptores.

 

Y en todos me hace ciertas preguntas sobre la autogestión.

 

A mí no me gusta prepararme nada, ni que me pasen las preguntas. Prefiero ser natural, que se me vea dubitativo si es que dudo, o confiado si tengo certeza. 

Porque esto de la autogestión es como todo en la vida.

Un mar de dudas acompañadas de un puñadito de certezas.

 

Pero ya que estás aquí, voy a tomarme un tiempo, voy a ponerme un cafelito solo sin azúcar y voy a contestar a las preguntas más habituales que me suelen hacer.

 

Espero que te sirvan.

 

¿Qué es la autogestión en una empresa?

La autogestión empresarial es un modelo organizativo en el que los equipos o las personas tienen la potestad de tomar decisiones sin depender de una jerarquía tradicional.

En lugar de que un superior centralice la información, dé ordenes y apruebe cada paso, la información es compartida y las decisiones se toman de forma distribuida, dentro de un marco de reglas prefijado, procesos definidos y una visión común.

 

¿Cuáles son los beneficios de la autogestión?

  1. Permite alinear la organización con los valores compartidos

    1. Cuando las personas participan en las decisiones que les afectan, es más probable que la forma de trabajar se alinee con sus principios y su visión sobre las relaciones humanas y la organización del trabajo. La autogestión facilita este tipo de coherencia estructural y cultural.

  2. Estimula la motivación intrínseca

    1. La autogestión permite que las personas conecten su trabajo con intereses personales o profesionales más amplios. Ver que la empresa les ayuda a alcanzar sus objetivos personales vitales aumenta su compromiso.

  3. Aumenta la autonomía y la responsabilidad individual

    1. La descentralización de la toma de decisiones requiere que las personas gestionen sus propios compromisos. Esto refuerza el sentido de responsabilidad y fomenta comportamientos proactivos.

  4. Aprovecha la inteligencia colectiva: Permite aprovechar el conocimiento y la inteligencia que surge del pensamiento conjunto y las sinergias

  5. Mejora la agilidad y la adaptación: Al no tener estructuras jerárquicas fijas, los equipos autogestionados tienen mayor capacidad de respuesta ante contextos cambiantes, ya que pueden reorganizarse sin necesidad de modificaciones drásticas.

  6. Favorece la transparencia

    1. La información tiende a circular de forma más horizontal, lo que facilita la detección de bloqueos, incoherencias o comportamientos disfuncionales en fases tempranas.

  7. Reduce la dependencia de figuras clave

    1. Al distribuir la información y las responsabilidades, disminuye el riesgo de concentración de poder o de cuellos de botella operativos en personas concretas.

  8. Atrae perfiles afines al modelo

    1. Las organizaciones autogestionadas tienden a atraer personas que valoran la colaboración, la responsabilidad compartida y el respeto por los procesos colectivos.

  9. Libera al fundador/líder: Al distribuir la toma de decisiones y la responsabilidad, permite al fundador o líder delegar y tener más tiempo para enfocarse en estrategia, captar clientes o recuperar vida personal, en lugar de ser el cuello de botella

  10. Admite grados de implementación

    1. La autogestión no requiere ser aplicada de forma total desde el inicio. Puede introducirse de forma gradual, en función del contexto, los equipos y los objetivos de cada organización.